jueves, 30 de julio de 2015

Recuerdos de Corripio



La calle de Fuencarral no ha vuelto a ser la misma desde que, en 2002, a poco de cumplir un siglo de existencia, cerró la sidrería Corripio.
Corripio de la Concepción, se llamaba su dueño, y todo el local estaba lleno de encanto: 
la simpatía y la profesionalidad de los camareros, el ciego que llevaba la contabilidad, los barriles de madera y las tinajas de cerámica, el vino alegre y el vino triste, con o sin empanada, los bocadillos de calamares...

(Foto: Entredosamores.es)

Hoy en Fuencarral hay decenas de nuevos bares, unos mejores y otros peores, pero prácticamente ninguno con personalidad, y eso es lo que echamos de menos los asiduos a Corripio, y no podemos evitar recordarlo siempre que pasamos por Fuencarral, 102.





miércoles, 29 de julio de 2015

El mercado de Barceló.




Aspecto de la plaza de Barceló en los años 20, antes de la construcción del mercado de Abastos que se iniciaría en el año 1937.


En la imagen superior, el mercado poco antes de su derribo.


Dos imágenes del mercado  en su última etapa.


El actual mercado se construye en 2010.


El nuevo edificio es obra de Enrique Sobejano y Fuensanta Nieto y tiene una fachada de policarbonato translúcido.





martes, 28 de julio de 2015

El hospital de Jesús Nazareno en Amaniel



Este es el aspecto que tenía en 1917 el Hospital de Mujeres Incurables de Jesús Nazareno, en la calle Amaniel esquina a Travesía del Conde Duque.
El patio de corrala contaba con un excelente jardín.
Este hospital se trasladó en 1824 al edificio que estamos viendo, que fue antes el antiguo colegio de Niñas de Monterrey, fundado por Felipe V.
Tenía 100 camas y fue derribado en los años 70 para hacer unas modernas casas de ladrillo.


Fuente principal: artículo de Alfonso Martínez en Fotomadrid


lunes, 27 de julio de 2015

La calle de Amaniel en el pasado



La calle de Amaniel está dedicada a Lope de Amaniel, ballestero del rey Enrique II y guarda mayor de la Dehesa de la Villa.
En los años 60, la estrecha calle de Amaniel aún contaba con algún añoso caserón como estos que salen en la foto de Oronoz.


Un par de décadas antes, la esquina de Amaniel con Noviciado tenía este aspecto.


En los años 70 cierra la antigua fábrica de cervezas Mahou para trasladarse al Paseo Imperial.


Al llegar a la Gran Vía, nos encontramos con este descampado de cuando se derribó el hermoso mercado de hierro de los Mostenses.



sábado, 25 de julio de 2015

Mirar la Arquitectura, en la Biblioteca Nacional



La exposición "Mirar la arquitectura" nos permite establecer las relaciones entre fotografía y arte arquitectónico en el siglo XIX, cuando se crearon en nuestra ciudad importantes estudios como el de Laurent.


Esta exposición se puede ver hasta el 4 de Octubre en la Biblioteca Nacional.



Dónde: Biblioteca Nacional, Sala Recoletos (Paseo de Recoletos, 20-22. Metro Colón.

Cuándo: Hasta el 4 de Octubre de 2015

Horario: Martes a sábado de 10:00 a 20:00. Domingos y festivos de 10:00 a 14:00. 

Cuánto: Entrada gratuita.



jueves, 23 de julio de 2015

SOT: la vermutería de Sergi Arola en Zurbano



En el sótano de su restaurante de Zurbano nº 31, Sergi Arola tiene un bar de tapas cuyo nombre es "vermutería SOT".
La decoración es agradable, aunque el ambiente es un tanto oscuro. Bonitas y cómodas sillas, y una barra que pese a su bonito diseño no parece muy adecuada para apoyar el codo y tomarse un vino a pie de mostrador.


Los camareros son amables y eficientes y bueno, a lo que vamos, las tapas merecen una inspección gastronómica en toda regla. Mi favorito: el bocadillo de calamares al revés: el panecillo está dentro de los aros de calamar. 


Las sardinas también me gustan. Las curiosas patatas bravas son muy sabrosas...
Y qué más: pues la coca de foie (qué gusto que le llamen coca, pues ese es el nombre en español de otro producto similar que en Italia se llama pizza),
el kebab con salsa de pepino y yogur, las alitas de pollo, el ceviche, el lovermut (anchoa y boquerón)... 


y los cócteles tienen su originalidad, explorando las posibilidades del vermut y otros bebedizos muy de aquí.


La ronda te puede salir por barba a unos 30 €.

En Zurbano nº 31 (en el finde conviene reservar)



miércoles, 22 de julio de 2015

El día en que el oso del zoo se escapó



En Julio de 1927 tuvo lugar un dramático suceso en la antigua Casa de Fieras del Parque del Retiro.
Un día, tras dar la comida a los osos polares, el cuidador salió de la jaula despreocupado, pensando en sus cosas y olvidó algo importante: olvidó echar nuevamente el cerrojo de la jaula. 
El oso, dándose cuenta del olvido, empujó la puerta y salió con gran sigilo.
De pronto, el cuidador sintió un aliento cálido en su espalda y, asustado, se dio la vuelta.
Al ver al oso libre, le entró un ataque de histeria y comenzó a gritar y a agitar los brazos.
El oso, creyendo que le atacaban, le soltó un zarpazo que le causó heridas leves.
Otro empleado del zoo acudió corriendo y cogiendo un palo se lió a estacazos con el pobre animal que, viéndose acosado, optó por huir y salió a la calle de Menéndez Pelayo. 


El director del zoo, temiendo que el oso pudiera herir a alguien en su alocada fuga, cogió su escopeta y corrió detrás de él disparándole, hasta que acabó con él. 




martes, 21 de julio de 2015

Salto base en la Torre de Cristal



En Enero de 2008, durante la construcción de la Torre de Cristal, dos aventureros subieron disfrazados con monos de trabajo. Desde la cúspide (249 metros) saltaron en caída libre durante cinco segundos para posteriormente abrir los paracaídas.

lunes, 20 de julio de 2015

El Pentagrama



En 1976 se inauguró en la C/Palma nº 4 el que iba a ser el primero de los bares musicales de la movida malasañera: el Pentagrama. 
Su combinación de bar y discoteca, su colorido rojizo y azul, sus vinilos recién traídos de Londres y las maquetas aportadas por los nuevos grupos de la Nueva Ola, atrajeron a gentes que iban en vespa con gabardinas, a los músicos del pop-rock y a los locutores que creaban tendencias.


Al Penta acudían habitualmente Alaska y los Pegamoides, Tos (luego conocidos como Los Secretos), Nacha Pop, Radio Futura, Burning, Las Chinas, Paraíso, Mamá, Los Elegantes...
Era frecuente que los músicos trajeran en el bolsillo una maqueta que al día siguiente sonaba en Onda Dos, en Radio Juventud, y en otras FMs.

Antonio Vega y Álvaro Urquijo

El Penta está muy ligado a la figura de Antonio Vega, y en él se conserva un cartel con el texto manuscrito de su canción "la chica de ayer"
Fue Teresa, alias Teclix, la primera mujer de Antonio, la que pintó el mural que decora el escenario del local.


En los años 90 el Penta estuvo a punto de ser reconvertido en otra cosa muy distinta, pero los camareros Chema y Juanma se hicieron con las riendas del local para que continuase como lo que es, un símbolo de la Movida.


El Ayuntamiento saliente ha intentado acabar con el Penta y otros bares míticos a base de ponerles continuas multas por conceptos un tanto discutibles y sin que hubiese un riesgo apreciable para la seguridad de las personas.
Esperemos que se respeten más nuestros símbolos culturales.
Larga vida al Pentagrama!

Fotos: El Penta.com




sábado, 18 de julio de 2015

El transporte madrileño en el objetivo de Catalá Roca



La exposición fotográfica titulada: "El transporte madrileño en el objetivo de Català-Roca" muestra imágenes de los años 60 de un fotógrafo magistral e inolvidable. 


Las quince fotografías provienen del Archivo del Colegio de Arquitectos de Cataluña, y son el resultado del encargo que recibió Català-Roca para ilustrar una guía turística sobre Madrid.
Como complemento, se pueden ver también las fotos realizadas en 2015 por el fotógrafo Miguel Berrocal en las que comprobamos cómo ha cambiado Madrid.


Esta muestra llega al Museo del Ferrocarril tras su paso por los intercambiadores de transporte de Moncloa, Príncipe Pío, Plaza Elíptica, Avenida de América y Plaza Castilla.


Dónde: En el Museo del Ferrocarril, Paseo de las Delicias, 61. Metro Delicias.

Cuándo: Hasta el 16 de Agosto de 2015.

Horarios:de M a V de 9.30 a 15 h. S y D de 10 a 15 h. Cerrado Lunes.

Cuánto: :Entrada al museo: 6 euros. Reducida, 4 euros. Día del Visitante (domingos) 2,50 euros. 


jueves, 16 de julio de 2015

El Cine de la Flor, en Alberto Aguilera



El cine Flor, en Alberto Aguilera, 4, abrió sus puertas en 1912. 
En 1928 fue totalmente reformado por Luis Gutiérrez Soto, arquitecto singular que le dio a la fachada el carácter de una pantalla, dentro de los parámetros racionalistas, aunque no exento (afortunadamente) de detalles decorativos de buen gusto.


Cine de invierno, cine de verano

Lo más curioso es que en el tejado había otro cine, el cine de verano, de manera que en los tórridos estíos, en época en que no había refrigeración eléctrica, la gente se subía al cine de arriba. 
Esta inteligente idea la repitió Gutiérrez Soto en el cine Callao.


El Flor fue un cine pionero en los maratones cinematográficos.
En torno a 1980 fue derribado para hacer un anodino edificio de viviendas, aunque afortunadamente, en los bajos se instalaron unos nuevos minicines: Los cines Conde Duque.

Larga vida a los cines!!

(Fuente principal del texto: Madrid patio de butacas, de Nieves González Torreblanca, ediciones La Librería)

miércoles, 15 de julio de 2015

Fonty




Fonty es un salón de té de la calle de Castelló que podemos incluir en el listado de cafés agradables.
La verdad es que el barrio de Salamanca y la zona próxima al Retiro se fueron quedando sin los cafetines que le daban encanto: Roma, Félix Pérez, La Veneciana, y otros, y se agradece la creación de un nuevo cafetín de agradable diseño y excelente repostería.


Entre las tartaletas hay que destacar la de limón, y entre los macaróns el de frambuesa.
Marie Valdez, su propietaria, utiliza todos los recursos de la repostería francesa y trata de combinarlos con la pastelería europea y asiática.
El nombre de Fonty procede de la localidad francesa de donde ella es originaria.


El arte de merendar, el arte del desayuno, forman parte del arte de saber vivir.


Fonty, salón de té, en Castelló 12

martes, 14 de julio de 2015

Morikaen



En el Madrid de hoy, no comer en un restaurante japonés es prácticamente imposible. ¡Al menos tres de cada dos restaurantes en Madrid son japoneses!
Lo que sí se puede hacer es elegir uno que sea auténticamente japo (el cocinero de aquí sí que lo es) y que tenga un precio asequible, cosa que también se da, con lo cual podemos recomendar el Morikaen, en el barrio de Argüelles.


La alegre cofradía de la buena mesa y la buena silla, de la que me honro en ser miembro, hizo una visita de inspección en fechas recientes, dado que la también miembro, Natsumi, japonesa ella, nos lo recomendó.


Hubo quienes se inclinaron por lo crudívoro, versión sushi, pero la mayoría elegimos platos tradicionales japos. 


Yo me pedí un oyakodon, que es un plato que los japoneses comen con frecuencia en sus casas, (ver imagen superior) y me resultó agradable y digestivo. Otros se pidieron los caldos llamados ramen, también de tipo casero y sabrosos. Vi que los empanados y las tempuras se les daban muy bien, en este sentido tenían buena pinta los rebozados de verduras, pollo, sardinas, dorada, pato...Las empanadillas, llamadas gyozas, muy deleitosas. El tartar de salmón también parecía muy apetitoso. 
En fin, un japonés auténtico a precios asequibles y con una carta verdaderamente amplia. Recomendado para paladares curiosos y para los que no solo comen sushi.

Calle de Hilarión Eslava, 17
Tel. 91 549 13 99





lunes, 13 de julio de 2015

La estatua de Minerva




A 58 metros de Altura, sobre la azotea del Círculo de Bellas Artes, se halla la estatua de la diosa Minerva, escultura en bronce de Juan Luis Vassallo realizada en 1964. Mide 6,5 metros y pesa tres toneladas.

¿Cómo diablos la subieron hasta allí?

Para empezar, el traslado desde la fundición, en Arganda del Rey, fue un problema, ya que al principio no la colocaron bien y chocaba con los cables del tendido eléctrico que había a lo largo de la carretera, (¡como la pobre era de bronce, pues no se podía agachar!). Luego llegaron al edificio del círculo y no había grúas suficientemente potentes, así que fue necesario construir una plataforma de hierro y cemento. Las pasaron canutas, pero al final llegó arriba. Luego tuvieron que colocar una viga de mil kilos en su interior para asegurar su estabilidad.
En fin: 100.000 pesetas cobró el escultor por hacerla , y un  millón costó subirla hasta allí arriba ¡Diez veces más!

Hija de Júpiter y Metis, Minerva era una diosa guerrera que en vez de la fuerza usaba la inteligencia. (La Minerva romana se corresponde con la griega Atenea) Aconsejaba a los hombres técnicas para vencer y para mejorar la civilización. Se la representa con un búho, símbolo de la sabiduría y una serpiente enroscada.

Foto: Carlos Osorio.
Datos: El Olimpo madrileño (Sofía López, Irene Verdú y Paula Romero) y Wikipedia.




sábado, 11 de julio de 2015

Gatos madrileños



Doblemente gatos, por ser felinos y madrileños, salen con la fresca a recorrer los tejados del viejo madrid, en estos dibujos del artista Goñi.


jueves, 9 de julio de 2015

La Gran Via desde los bulevares



Como una muralla que divide el centro de Madrid en dos mitades, la Gran Vía y la imponente mole de la Telefónica.

Foto: Carlos Osorio.

martes, 7 de julio de 2015

Horchateros en Madrid




"Horchatería y Esterería de Martínez"
Así reza el letrero de esta desaparecida tienda madrileña.
Y diréis ¿Qué sentido tiene mezclar en una tienda cosas tan distintas?
Sucedía que los valencianos que se venían a trabajar a Madrid en siglos pasados, entre otros varios oficios, eran esparteros y sabían hacer horchata. De ellos eran la mayoría de las esparterías o estererías (la calle de Esparteros, por ejemplo, nos recuerda a un gremio regentado por valencianos) y también eran los que, con la llegada del calor, dejaban el esparto y montaban los kioskos de la rica bebida de chufa.
Cuando se terminaba el verano, volvían a su ocupación estacional: hacer esteras de esparto.


El grabado superior muestra a un horchatero madrileño pregonando su preciado néctar.


Hubo kioskos de horchata en los parques madrileños, en los bulevares, en las rondas y en las plazas.
El kiosko de Antoñita, que estuvo en la plaza del Dos de Mayo hasta el año 2000, era originariamente un kiosko de Horchata, y durante el invierno hacían esteras en un local que había justo enfrente, en la calle San Andrés.


Llegado el verano, la horchata era una de las bebidas favoritas de los madrileños junto con el agua de cebada y la limonada o limón granizado.