¿Qué significa la expresión "cielo velazqueño"?

 



El cielo velazqueño

 

La expresión "cielo velazqueño" hace referencia a los fondos de los retratos ecuestres de Velázquez, que presentan  una gran variedad de nubes, mezclándose las deshilachadas con las algodonosas, creando sucesivas franjas de nubes y claros.

Velázquez, como genio de la pintura realista, quiso reflejar los cielos auténticos de su época. Un tiempo en el que se produjo un descenso generalizado de las temperaturas que se ha denominado “pequeña edad de hielo”. Pero dentro de este siglo gélido, hubo una década, la de 1630 a 1640, en la que el clima se suavizó ligeramente, produciéndose una gran abundancia de nubes.

Velázquez solía pintar los retratos con fondos oscuros, para que resaltaran con más fuerza las figuras. Pero al plantearse los regios retratos ecuestres del Salón de Reinos (las familias de Felipe III y de Felipe IV a caballo), el pintor decidió incluir fondos de paisaje con amplios cielos.

De modo que la expresión “cielos velazqueños” hace referencia a los retratos con fondos en los que predomina el cielo, y más concretamente, a los cielos que tienen una concatenación de nubes y claros.



Retrato del Príncipe Baltasar Carlos (Velázquez, 1634)

Para realizar los retratos ecuestres del Salón de Reinos, Velázquez pintó en su estudio a los miembros de la familia real, sentados en un plinto o caballete de madera. Luego dibujó el caballo verdadero (basándose en sus apuntes del natural) y los paisajes del fondo (que igualmente rescató de sus apuntes). En el cuadro del príncipe Baltasar Carlos, utilizó como fondo el monte de El Pardo y la sierra del Guadarrama (donde destaca la cumbre de La Maliciosa) 



Carlos V en la batalla de Mühlberg (Tiziano, 1548)

La idea de incluir fondos celestes en los retratos ecuestres no era suya. Velázquez se inspiró en el retrato del Duque de Lerma, de Rubens, que a su vez  se basó en el cuadro de Tiziano “Carlos V en la batalla de Mühlberg”.


Retrato del Duque de Lerma (Rubens, 1603)

El autor de Las Meninas tenía una razón de peso para usar los cielos “velazqueños”. Don Diego sabía que un cielo excesivamente azul restaría protagonismo a sus retratados y haría muy difícil la combinación cromática con las figuras. Por eso prefirió usar tonos suaves, diluidos, que crearan sensación de lejanía y de profundidad. Velázquez conocía la perspectiva aérea de Leonardo da Vinci, que azulea las montañas y suaviza los cielos para lograr la sensación de lejanía. 



Retrato del Conde Duque de Olivares (Velázquez, 1636)

A veces, en días azules de sol tenso y rotundo, hemos oído decir a algún madrileño: “Hoy tenemos un cielo velazqueño”. No nos vamos a molestar por ello (cualquier motivo para recordar a Velázquez es bueno) pero tenemos que saber que los cielos que pintaba Velázquez eran de otro modo: pálidos, mezclados, y con nubes y claros escalonados.


Retrato del rey Felipe IV (Velázquez, 1635)




Retrato del la reina Isabel de Borbón (Velázquez, 1634)




Carlos Osorio García de Oteyza,
Licenciado en Historia del Arte


Bibliografía:

-VIÑAS, José Miguel: "Los cielos velazqueños". www.conec.es (2013)
-CAMARASA, Vicente: "Los retratos ecuestres del Salón de Reinos" Palios.wordpress.com (2019) 
-FONT TULLOT, Inocencio: "Historia del clima de España" (1988)
 

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