jueves, 6 de noviembre de 2014

No nos pueden dejar sin el Café Central



El Café Central de la Plaza del Ángel, en el corazón de Madrid, es uno de los 35.000 comercios tradicionales madrileños que se verán afectados por la supresión de la antigua ley de arrendamientos.


Una ley que se suprime en momentos de fuerte crisis del consumo, mientras se dictan normas que favorecen a las grandes compañías. 
Madrid debería seguir teniendo una personalidad propia, y eso va a ser difícil si nos cierran los espacios culturales (cines, teatros, salas de conciertos, salas de fiesta, bares musicales, comercios históricos...)
Apoya al café central, al menos con una simple y rápida firma

Dibujo del Café Central, por Josia

Acuarela del Café Central, por Quil Páez


4 comentarios:

El Deme dijo...

La mayoría de los locales con encanto de Madrid subsisten gracias a la labor entusiasta de gente que cree en lo que hace y en la necesidad de que existan sitios así (y generalmente perdiendo dinero). La ley siempre estará a favor de borrón y cuenta nueva y construir un centro comercial de ropa de marca de segunda.

Carlos Osorio. dijo...

Totalmente de acuerdo, Deme. Desaparece un sitio con historia y con encanto y lo sustituye una franquicia que cierra al poco tiempo y luego otra y otra...Es como borrar la vida y colocar allí un agujero negro. Dicen que es la ley de la oferta y la demanda.

Juan Carlos dijo...

Perdonadme que discrepe. La ley de arrendamientos urbanos fue modificada para que muchos propietarios, no precisamente boyantes imperios económicos, sino en muchos casos, personas bien humildes, pudieran pasar de cobrar alquileres simbólicos, aquellos de renta antigua, por sus propiedades cuyos gastos, sin embargo, eran perfectamente actualizables a alquileres normales a precio de mercado. No puede ser que, desde que se firmara esa ley el 24 de noviembre de 1.994, el arrendador del Café Central no se haya puesto de acuerdo con su arrendatario para arreglar ese alquiler; al contrario, ha estado esperando hasta el último día en el que terminaba su contrato de alquiler de renta antigua y ahora se queja de que ese alquiler quede a precio de mercado. ¡Ah! y yo no soy dueño ni familiar del que alquila el local, que conste.
Salu2

Carlos Osorio. dijo...

Estimado Juan Carlos, la ley debe proteger los intereses de los propietarios, pero esa misma ley debe velar por el bien común y proteger los símbolos culturales de una ciudad. Poner de acuerdo a ambas partes no solo es cuestión del mercado, sino también de los gobernantes, que en este caso y en todos los parecidos se inhiben de sus funciones. Mis noticias son que el propietario no tiene ningún interés en negociar y que pide por el local un precio hasta 20 veces superior al del mercado. Saludos.