domingo, 26 de octubre de 2008

Los cabellos del agua










Los cabellos del agua





Paseaba por la tarde,

rozando los cabellos

del agua adormecida.

El agua se rizaba

sintiendo mis cosquillas,

y yo le murmuraba

palabras verdes, ocres,

azules, amarillas.

Texto y foto: (c) C. Osorio.

Foto y versos realizados esta tarde en el Parque Regional del Sureste.





viernes, 24 de octubre de 2008

Hombres contra la violencia machista


MANIFESTACIÓN DE HOMBRESCONTRA EL MACHISMO Y SU VIOLENCIA

(las mujeres sois también bienvenidas)

Sábado 25 OCTUBRE, 19h. ATOCHA-J.BENAVENTE


UNA ASAMBLEA DE HOMBRES CONTRA LA VIOLENCIA MACHISTA DE MADRID

domingo, 19 de octubre de 2008

miércoles, 15 de octubre de 2008

La luna llena sobre Madrid


Momento en que Selene se dedica a hacer equilibrios sobre el obelisco de la Plaza de la Lealtad.


Foto: C.Osorio

sábado, 11 de octubre de 2008

hoja de álamo


Las hojas de los chopos (álamos) amarillean de una forma distinta cada año, con más o menos superficie verde, marrón, dorada, y con muchos o pocos lunares. Cada otoño procuro ver sus diferentes matices, que dependen de las lluvias, la sequía, el mucho o poco frío y calor que haya hecho a lo largo de la primavera y el verano. Fotografié esta hoja hace unos años.


Foto: (c) C. Osorio.

Hojas del cambio climático


La verdad es que ultimamente las hojas de los árboles caducifolios tardan mucho en amarillear. Hay acacias en mi barrio que conservan algunas ramas verdes durante todo el año. Los platanos se tiran soltando hojas hasta casi llegada la primavera, para desesperación de los barrenderos. Todo esto es un fenómeno de los últimos años. Según National Geographic, unos científicos ingleses están estudiando estos cambios tan extraños, porque la caída de la hoja ya no es lo que era.


Foto: hojas secas de platano y dos hojas de chopo (c) C. Osorio.

Otoño en Madrid


Parece mentira. Hace solo unos días, asados de calor, y ya con la chaquetita, la melancolía otoñal...y la belleza en el cielo y en las ramas de los árboles.


Foto: Ramas de Tilo en el parque del oeste. (c) C. Osorio

sábado, 4 de octubre de 2008

La Hermandad de El Refugio












El siglo XVII pervive en Madrid: La Hermandad del Refugio
Entre las cosas más sorprendentes que existen en Madrid, está la antiquísima institución de El Refugio, que se remonta al siglo XVII y aún pervive en la Iglesia de San Antonio de los Alemanes.



Fundada en 1615, La Santa y Pontificia Hermandad del Refugio y Piedad de Madrid tuvo su sede junto a la Calle Toledo y se estableció en la Corredera de San pablo a comienzos del XVIII. Su misión era y sigue siendo atender a los vagabundos e indigentes y necesitados de toda condición.



En el pasado recogían a los heridos y a los moribundos de las calles. También se hacían cargo de los dementes, a los que llevaban en parihuelas en un cajón inmovilizante desde Madrid hasta Zaragoza. Otros servicios eran: el servicio de visitas, los aires y baños, la ayuda de lactancia, los socorros secretos, la ronda con sillas-ambulancia, la extinción de incendios, la inclusa y la oftalmología.



Su tarea más conocida fue la "Ronda del pan y del huevo" Los hermanos de la cofradía recorrían las calles entregando a los necesitados agua, pan y huevos duros. Los huevos debían tener un tamaño mínimo y para ello usaban una tablilla con un agujero. Si el huevo cabía por el agujero, lo desestimaban. Al hacer la prueba del huevo, recitaban la siguiente frase:



"Si pasa, no pasa, y si no pasa, pasa"



En El Refugio conservan toda una serie de enseres que deberían formar parte de un museo si en esta ciudad hubiese más sensibilidad hacia la historia y la cultura. Mantienen las sillas de mano decoradas, El cajón de los locos, las tablillas medidoras de huevos, los bolsillos de pedir limosna, la cuna donde recogían niños abandonados, y un magnífico salón de actos donde aún celebran sus sesiones los hermanos, todos de edad muy avanzada y relacionados con la nobleza. El edificio se conserva casi igual que en el XVIII, aunque la fachada se reconstruyó en el XIX. No se puede visitar.






Fotos: (c) C. Osorio.

miércoles, 1 de octubre de 2008

La rosa que olía a luna creciente


Caminando por el Parque del Oeste, a la anochecida, una rosa del color del fuego me saludó con una leve inclinación de sus pétalos.

La rosa me regaló una pequeña barca de aire que olía a luna creciente.

La besé desde lejos, sin tocarla.

La rosa cerró sus pétalos y se hizo la oscuridad.



(c) Texto y foto: C. Osorio

La calle, para los niños


Cuando mi padre era pequeño, se bajaba a jugar a la calle.

Entonces, por los bulevares pasaba un coche cada media hora. Hoy pasan 75.000 coches al día.

La calle se ha convertido en el lugar menos adecuado para los críos. Por eso me encantó ver este corro de niños jugando, en la Plaza de las Comendadoras.


Foto: C. Osorio.