Madrid: del dolor a la alegría

Madrid, una ciudad martirizada en muchas ocasiones, las más cercanas durante la Guerra Civil (Sobre Madrid llovieron muchas más bombas que sobre otras ciudades mártires), luego con los atentados salvajes de la banda ETA, y más recientemente con la bárbara matanza de Al Kaeda del 11 de marzo de 2004.
Pero al corazón de Madrid late con demasiada fuerza para que ningún grupo de criminales pueda destruir su alegría. Aquel fatídico año de 2004 lo pasamos todos muy mal, pero decidimos que no iban a poder con nosotros. Fue como una consigna que nadie verbalizó, pero inconscientemente todos nos pusimos de acuerdo. Había que sacar fuerzas de flaqueza y plantar cara a tan injustas agresiones con nuestra mejor arma: nuestra alegría. Hubo pocos actos festivos oficiales aquel año, pero desde aquella dramática fecha, los niños y niñas madrileños salieron todos a la calle a celebrar sus fiestas disfrazados de castizos. En el colegio de mi niña la fiesta de San Isidro había ido desapareciendo en los años anteriores, pero a partir de 2005, sin que nos pusiéramos de acuerdo, todos, absolutamente todos los niños fueron vestidos de chulapos y bailaron con alegría.
Recuerdo que fue a partir de ese año cuando resurgió el sentimiento colectivo de pertenecia a nuestra ciudad, algo que estaba cada vez más diluído. Resurgió el movimiento vecinal, comenzaron a aparecer blogs que hablaban de Madrid (Hoy ya somos varias decenas de blogueros madrileñistas), la gente empezó a tener interés por nuestra historia...volvimos a sentirnos orgullosos de ser madrileños, en la forma en que nos gusta serlo, sin excluir a nadie y siempre enarbolando la alegría.

Foto: C.Osorio. La fiesta del cole de mi niña en San Isidro en 2005

Comentarios

Miquel ha dicho que…
ójala que tu sensación crezca. Yo veo un despertar, más débil, pero está ahí.

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