El cambio de la guardia
Los primeros miércoles de mes, a las doce del mediodía, un nutrido grupo de curiosos y turistas se agolpa junto a las verjas que separan la Catedral de la Almudena de la Plaza de la Armería, frente al Palacio Real. Tienen la mejor visibilidad los que han cogido sitio con antelación.
El Relevo Solemne de la Guardia Real comienza con acordes de la banda de música. Los pífanos y tambores acompañan su paso, mientras, a pie firme, con el arma sobre el hombro, la guardia entrante espera a la saliente.
Desfilan los alabarderos y los lanceros a caballo durante casi una hora. En total, 400 personas y 100 caballos escenifican el relevo tal y como se hacía en tiempos de los reyes Alfonso XII y Alfonso XIII, con los uniformes de entonces.
Los demás miércoles del mes, a las 11:00 horas, en la puerta del Príncipe (frente a la Plaza de Oriente) hay un relevo mucho más sencillo, pero también interesante. Los centinelas de palacio (dos a pie y dos a caballo) hacen un relevo cada 30 minutos -hasta las 14:00 horas-, acompañados por un pífano (flautín agudo) y un tambor.
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