Se cuenta que el Duque de Liria, cuando quiso construir su nuevo y flamante palacio, encargó al arquitecto Gilbert que eligiera el lugar más saludable de Madrid para edificarlo. Gilbert utilizó un curioso sistema: colocó tiras frescas de piel de ternera en diversos puntos de la ciudad. Pasadas unas semanas, comprobó el estado de dichas tiras, la mayoría podridas, y vio que la que mejor se conservaba era la situada en este lugar, en el inicio de la actual calle Princesa, paraje que recibía directamente los aires saludables de la sierra. Y aquí se construyó el Palacio de Liria.
Foto: Carlos Osorio.
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