jueves, 30 de octubre de 2014

El Puente de la Reina Victoria



Foto: Carlos Viñas-Valle



El Puente de la Reina Victoria, frente a la ermita de San Antonio de la Florida, es uno de los puentes
más bonitos del río Manzanares. 

Fuente: Pasión por Madrid

Previamente existió otro, el Puente Verde, llamado así porque tenía la barandilla pintada de verde, que resultó muy dañado por una crecida del río a comienzos del siglo XX.

En 1907 se construyó un nuevo puente a cargo del ingeniero José Eugenio Ribera Dutase y el arquitecto Julio Martínez-Zapata.


El puente se sostiene sobre dos bóvedas elípticas paralelas, realizadas en hormigón armado, que se unen al tablero mediante ejes verticales, que dejan al descubierto diferentes vanos, dando una gran ligereza al conjunto.


El 13 de junio de 1909, festividad de San Antonio de Padua, se inaugura el puente con la presencia de los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia, casados 13 días antes.


Desde su construcción fue un puente que gustó mucho a los madrileños, formando con los álamos de sus orillas y los tenderetes de las lavanderas que acudían a lavar al río un paisaje encantador digno de un cuadro impresionista.
Prueba de su éxito es la abundancia de postales que se editaron en aquellos tiempos.


Para mi gusto, la mejor de esta serie de postales es esta, con una lavandera 
que parece estar aclarando alguna sábana ayudada por un palo.


Y en esta última postal vemos a la misma lavandera sentada, junto a quien podría ser un hijo suyo que ha venido a verla a su trabajo.

A comienzos del siglo XXI se empezó a extender la moda de colocar candados en la barandilla por parte de algunas parejas de tortolitos. Tratándose de una barandilla de estilo modernista que hubiera resultado seriamente dañada por los candados, más que de un acto de amor habría que calificarlo como un acto de vandalismo.
Esperemos que un monumento artístico como este se siga respetando.




1 comentario:

edu dijo...

Qué postales tan bonitas. La verdad es que he pasado muchas veces por ese puente pero nunca me he parado a pensar lo bello que es. Gracias, Carlos, por este trabajo tan interesante que realizas