A Unamuno, asiduo a la tertulia de la cacharrería, en el Ateneo madrileño, le dijo un escritor novato:
-Su artículo de ayer era flojo, don Miguel. Además, encontré en él una palabra que no existe. La he buscado en el diccionario y no está.
Unamuno le contestó:
Unamuno le contestó:
-No se preocupe, joven, ya la pondrán.
2 comentarios:
Así se las gastaba don Miguel, o al menos eso es lo que se dice (vayausté a saber). También se cuenta que alguien le reprochó que dormía demasiado, a lo que respondió: «Es cierto que duermo más horas que usted, pero también es cierto que cuando estoy despierto lo estoy mucho más que usted»
Esa anécdota es realmente buena, Jeremías, Gracias!
Publicar un comentario