martes, 12 de octubre de 2010

Somos lo que compramos

Cada vez que bajamos a la compra, tenemos en nuestra mano cambiar la vida.

-Podemos tratar de elegir productos ecológicos, así evitamos que se contamine la tierra con productos tóxicos. Además, las carnes de procedencia ecológica mejoran la salud (no olvidemos que las gripes del pollo y del cerdo, la gripe A o las "vacas locas" son resultado del maltrato a los animales en las granjas industriales)

-Podemos intentar evitar los productos elaborados por multinacionales, así podremos elegir lo que nos beneficia a nosotros y no lo que beneficia a los más poderosos. Así contribuimos a que no se deserticen nuestros campos, a que no desaparezcan nuestros campesinos, pequeños productores y artesanos.

-Si elegimos productos cosechados y fabricados en nuestra tierra o en las regiones próximas, evitamos a los grandes intermediarios que traen los productos desde muy lejos contaminando océanos, cielos y tierra.

-Si evitamos comprar artículos de marcas que esclavizan a sus trabajadores o no les pagan un salario justo, si evitamos a quienes destruyen la naturaleza, estaremos mejorando el planeta.

-Si en vez de guardar nuestros ahorros en entidades financieras que fomentan la destrucción del territorio, que invierten en la fabricación de armas, que crean crisis, que favorecen la desigualdad...buscamos depósitos que tengan un criterio ético...
...estaremos contribuyendo a cambiar la vida.



Foto: Carlos Osorio.

5 comentarios:

Unknown dijo...

Pues es cierto, porque lo que compramos refleja lo que pensamos. Ahora, ¿será que una persona que compra poco es que piensa poco o no tiene muy claras sus ideas, umh?

Carlos Osorio. dijo...

Hola, Bea. Comprar poco es el resultado de una reflexión. Comprar sin parar es un gesto compulsivo. También hay antiguos proverbios sobre estos temas: "No es más rico quien más tiene sino quien menos gasta". Aunque no es cuestión de cantidad, sino de calidad.

Anónimo dijo...

Dicen que el filosofo Diogenes solia visitar el mercado, pese a que su pobreza material le impedia acceder a cualquier producto que alli se comercializara. Consultado sobre el sentido de sus periodicas visitas a la feria, respondio: ” vengo a ver todo lo que no necesito” !!!
P.A.

Bélok dijo...

Difícil está el tema, todos a la hora de comprar somos iguales, compramos lo que queremos o lo que nos apetece. Nunca nos paramos a pensar en nada que nos distraiga. Otra cosa es hablar de lo que se debería, pero eso queda para los demás...

Carlos Osorio. dijo...

Realmente es difícil salirse del engranaje, hay que dedicar un tiempo a la información y a la reflexión, y nos han acostumbrado a no dedicar tiempo a estas cosas. Lo rápido y lo barato, es el lema...un lema que esconde una gran trampa.
Un gran tipo Diógenes, qué duda cabe, gracias por la aportación.