lunes, 25 de julio de 2011

Palacio de Liria


El III Duque de Berwick y de Liria ( linaje que se une a la Casa de Alba) Jacobo Fitz-James Stuard, mandó edificar su palacio en unos terrenos próximos a la actual Plaza de España, junto al Cuartel del Conde-Duque.
Edificado en 1762 por el arquitecto A. Gilbert, el palacio es de planta rectangular, con cuatro fachadas y dos patios interiores. En 1770 el arquitecto Ventura Rodríguez concluye las obras introduciendo algunas modificaciones aportando algunas reminiscencias del Palacio Real de Madrid y del Palacio de la Granja. Las fachadas principales cuentan con un cuerpo central encolumnado de estilo dórico y con pilastras en los cuerpos laterales. A comienzos del siglo XX el palacio fue reformado por Edwin Lutyens. Destruido durante la Guerra Civil, fue reconstruido al término de la misma. Las dos entradas al palacio, la de Princesa y la de Mártires de Alcalá son muy bellas. En cuanto al jardín, dispone de árboles de gran altura y porte. Debido a su carácter de monumento y a sus valiosas colecciones de cuadros, tapices y mobiliario, la Casa de Alba está obligada a permitir las visitas, aunque quien solicite la visita se encontrará, generalmente, sin respuesta de ninguna clase.

Foto: Carlos Osorio.

3 comentarios:

Matilde dijo...

Tuve la suerte de visitarlo cuando todavía vivía Jesús Aguirre. A él se solicitaba la cita. Al público hay abierto como un 10%.

Lo que más me llamó la atención fue la Biblioteca de un verde único, las salas de Eugenia de Montijo con sus efectos personales (espero no confundirme, con los nombres propios soy un desastre), la cantidad de fotografías de Francisco Rivera hijo por todas las salas y el gran balcón al jardín, donde me sentí como la mismisima Duquesa.

Ahora he leído que hay listas de espera de más de dos años. El número de visitas debe ser muy restringido.

Lo de la segunda entrada no lo sabía. En cuanto pueda me perderé por allí.

Carlos Osorio. dijo...

Gracias por tu comentario, Matilde!

Juan dijo...

Mi difunto padre me dijo que recordaba cómo una noche de noviembre de 1936, los Junkers alemanes se cebaron especialmente con él y lo dejaron solo con algunas fachadas en pie. Una pena que esa vieja duquesa no enseñe más, siendo uno de los palacios más interesantes de Madrid. Un edificio que, al estar tapado entre vegetación, apenas se adivina desde la Calla de Princesa.
Saludos.