viernes, 7 de octubre de 2011

Un antes y un después


La iglesia de Nuestra Señora del Rosario, uno de los buenos ejemplos del neogótico madrileño, fue construida en 1918 por Carlos de Luque, en la calle Conde de Peñalver, 40.
En 1967 se derribó y fue sustituida por esto que veis abajo.




23 comentarios:

fotoMadrid dijo...

Jarrlll... Eso es un ejemplo de los edificios de bloques de hormigón propios de los años 70. Como la facultad de Periodismo de la UCM... Horrible

Paskui dijo...

Que pena, penita, pena.....

Doña Umé dijo...

Ayer mismo pasé por allí, y me pregunté quien sería el arquitecto que proyectó semejante adefesio.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Es perfecta la definición como "esto"

Mattnopia dijo...

Yo he vivido casi al lado durante más de 30 años. Mis padres se casaron en esa iglesia, mi padre me contó lo bonita que era antes, pero nunca tuve la oportunidad de ver ninguna foto, y tampoco se me ocurrió buscarla. Te doy las gracias por este reportaje, me ha conmovido, ya que mi madre falleció cuando yo tenía 4 años y siempre tuve curiosidad de saber como era esa iglesia antes de que la convirtieran en un auténtico adefesio. Un Saludo y gracias por tu blog lo visito a diario, aunque no deje comentarios

Carlos Osorio. dijo...

Un abrazo, Mattnopia. La verdad, los que derriban edificios singulares derriban recuerdos y emociones de la gente. Hemos de recordar que no hace mucho se echó abajo la pagoda, de Fisac, que nos recibía cuando entrábamos en Madrid por la A-2.

Don Bernardino dijo...

El tema daría para un debate muy largo y profundo y no creo que sea este el lugar. Pero partiendo de la base de que soy enemigo de derribar por derribar y respetando los gustos de cada uno, no estoy de acuerdo en absoluto con que la nueva iglesia sea un adefesio o un mamotreto. La anterior iglesia no tenía ninguna antigüedad, apenas cincuenta años cuando se derribó y carecía por completo de originalidad y creatividad. En 1918 el estilo neogótico era ya algo superadísimo, puro mimetismo anacrónico de miles de iglesias iguales que hay repartidas por todo el mundo. Levantar aquello en su tiempo sí que fue un "cantazo". Por el contrario el nuevo edificio, creado por el arquitecto especializado en arquitectura religiosa Cecilio Sánchez-Robles Tarín, respondía a unas técnicas y diseño vanguardistas que en aquellos años vinieron a revolucionar el triste panorama urbano español y respondía también al afán renovador del Concilio Vaticano II, empeñado en romper con el pasado más oscuro de la Iglesia católica, también en lo estético. A mí, particularmente, me gusta. La fachada me parece imponente y el interior ofrece una espaciosidad majestuosa, frente a lo tétrico y lúgubre de aquel remedo neogótico que, por otra parte, en el momento de su derribo había quedado encajonado entre dos edificios de altura superior, ya no recordaba ni por asomo a la imagen de postal que se aprecia en la fotografía.

Carlos Osorio. dijo...

Hay ejemplos estupendos de arquitectura religiosa contemporánea, pero este precisamente no lo es, don Bernardino. Este es un edificio brutalista, cuyo interior podrá tener interés, pero esa fachada es una facha, valga la redundancia. El hecho de que la primitiva iglesia quedase encajonada entre dos edificios no le resta valor, lo que nunca debió permitirse es que la encajonasen. El neogótico no tiene por qué caducar, los estilos van y vienen al gusto de las gentes, y lo que hoy nos parece vanguardia, dentro de cien años será una antigualla.Lo que permanece es la belleza.

Don Bernardino dijo...

¿Levantaría usted hoy, en pleno 2011, un edificio neogótico, neomudéjar o neomodernista, Osorio? Creo que no se le ocurriría. Pues eso fue lo que hicieron en 1918.

Carlos Osorio. dijo...

Insisto, me quedo con el edificio neogótico. Los estilos no mueren, se transforman y se adaptan. Por eso surgieron los historicismos, y volverán a surgir, no sé si usted y yo lo veremos pero estoy seguro que la fiebre del funcionalismo radical pasará, como pasa todo, y volverá el gusto por la belleza.

Juan dijo...

Bueno, yo me apunto en este debate a los historicistas. ¿Soy un reaccionario? Lo que digo es que el casco viejo debe ser respetado en lo posible en su entorno. Las iglesias modernas son creativas y la arquitectura evoluciona. Las cosas en su sitio. Ese templo estaría estupendo en un barrio moderno, pero en el barrio de Salamanca, ejemplo de urbanismo decomonónico burgués ese templo es una agrsión flagrante. Nunca se vería eso en París o hasta en Barcelona, cuyo ensanche burgués es un ejemplo de arquitectura elegante y armónico, nada que ver con la estética fea y castiza del barrio madrileño. Y encima la seguimos jorobando con ese edificio.
En fin, un ejemplo más de despropósitos de nuestra ciudad, tan poco respetada en su historia.
Saludos.

Carlos Osorio. dijo...

Tienes razón, Juan, cada zona de la ciudad requiere un tratamiento arquitectónico diferente, y el casco histórico debería ser respetado. A mi el caserío tradicional madrileño no me parece feo, al contrario, me gusta mucho. La arquitectura popular es a veces más humana que otra arquitectura que se auto-considera culta.

Anónimo dijo...

Este edificio, el actual, se estudia en la escuela de arquitectura de madrid como uno de los mejores ejemplo de arquitectura brutalista y sacra de la época. es un edificio fantástico en todos los aspectos,desde luego mucho mejor que el anterior. Lo importante de la arquitectura no son los gustos. Es si la obra es buena o no, y esta lo es aunque alguno no le guste. Gustos: todos, Calidad y Belleza (con mayúsculas): objetiva.Ah, y yo vivo al lado y creo que queda fenomenal donde está

Carlos Osorio. dijo...

Hola, anónimo. Sé que se estudia en las escuelas acyuales de arquitectura, lo que no sé es por qué ya no se estudian aquellos estilos arquitectónicos que llenaron de encanto y belleza, además de utilidad las calles de Madrid. No niego que el edificio actual sea interesante, pero no pega ni con cola en ese lugar. Tal vez pudiéramos estar de acuerdo en no pocas cosas, pero me gusta llevar la contraria, en este caso no comulgando con el discruso arquitectónico oficial. De nuevo gracias por tu opinión fundamentada.

vecino dijo...

hola a todos, no tengo ni idea de arquitectura. Lo único que tengo claro es que vivo en el edificio de enfrente desde hace doce años, y desde mi humilde punto de vista es uno de los edificios más feos de todo Madrid (por fuera y por dentro por cierto)En casa lo llamamos "el bunker" porque ademas de tener una fachada de hormigón gris, en la parte de arriba, las terrazas de la zona donde viven los curas, parecen nidos de ametralladoras. Para colmo, el edificio de al lado (concesionario de coches). Sinceramente, sería precioso tener en frente algo neo-loquesea antes que un muro de hormigón amenazante. Mis disculpas a los que les guste, tal vez les resulte curioso cuando pasean, pero cuando vives enfrente, es amenazante.

Carlos Osorio. dijo...

Me parece interesante tu aportación como vecino. El problema fundamental es que, aunque sea un edificio arquitectónicamente interesante, visualmente resulta muy duro para quienes lo tienen que contemplar. Cuando los conceptos (vanguardia, brutalismo, contemporáneo) sustituyen a la mirada del paseante o del vecino, hay un alejamiento de la realidad.

Anónimo dijo...

Yo prefiero "Esto"
En el escaso transcurso de cuarenta años, la característica o seña de identidad que la Arquitectura “contemporanea” tiene, es precisamente su dificultad para despertar sentimientos que impidan su sustitución (en otras palabras, el desapego emocional y sentimental que despierta la arquitectura moderna en la sociedad).

Se ha conseguido sensibilizar a la sociedad respecto a las arquitecturas del pasado, pero la arquitectura contemporánea sigue sin obtener su sello de legitimidad, y esto ocasiona que se produzcan despistes y desapariciones irreparables cada dos por tres.
http://parroquiasyportales.wordpress.com/2009/03/26/la-modernidad-no-encontro-sitio-en-nuestros-corazones/

Juanma dijo...

No tengo nada en contra de la arquitectura neocorbuseriana que surgió a raíz del Concilio Vaticano II, pero debo decir que me crié justo detrás de esta iglesia, que era mi parroquia, donde me bautizaron y adonde iba a misa (y veía a Tip, un parroquiano ilustre), pero os aseguro que levantarse, subir la persiana de tu dormitorio y que lo primero que vieras por la mañana fuera eso era un auténtico cortarrollos y un canto a la depresión. Tampoco ayudaba el hecho de que en vez de campanas de verdad pongan una grabación de las campanas de San Pedro de Roma. De los curas no puedo decir nada malo, todo lo contrario, los confesores de mi abuela y mi madre se portaron estupendamente y eran muy buena gente.

Mi madre siempre contaba que la iglesia antigua era realmente bonita, y nunca entendió que la derribaran para edificar un armatoste de cemento de esta índole. Veo la fotografía y, en efecto, tal vez sea de un estilo neogótico superado incluso en la época en que se construyó, pero no dejaba de tener cierta unidad con respecto a otras iglesias del barrio, como la de la Concepción de la calle Goya. En general, todo lo que pasó con el urbanismo madrileño (y no solo madrileño, pero hablo de lo que me afecta de manera más directa) en los años sesenta fue de juzgado de guardia, cómo se derribaron todos los palacetes de la Castellana o del barrio de Salamanca para edificar bloques generalmente espantosos, y cómo los escasísimos edificios que se salvaron de ese desastre lo hicieron gracias a que eran embajadas (la italiana o la belga) o bancos.

Unknown dijo...

Derribar estos edificios es un crimen , al arte 🎨 no se destruye pues cada pieza es única, no ay 2 igual

Pep Montella dijo...

Lo que es feo es feo.. No me vale lo de "en pleno siglo XXI". En pleno siglo XXI una iglesia neogótica es bonita y esto es horroroso. Como mucho, las idioteces de Le Corbusier son tolerables en zonas donde no agredan el entorno de ese modo. Por cierto, yo sólo he conocido esta chapuza y no le tengo manía, pero sólo porque a mi padre, catalán de muchas generaciones que vivía entonces en madrid, en sus últimos años le dio por ir allí. Tenía amigos entre los dominicos y le gustaba pasar ratos en ese adefesio. EL concilio Vaticano II ha hecho mucho daño y no sólo a la Iglesia, sino también y especialmente a la estética. Y en barcelona las cosas no son mejores sino muchísimo peores.

MariaRosa dijo...

No encontraba en ningún sitio una imagen de la preciosa antigua iglesia del Rosario de Filipinas (que es su nombre completo) de la que tengo un recuerdo entrañable pues en los primeros 25 años de mi vida era mi parroquia y todos los días pasaba frente a ella ... Me llevé un gran disgusto cuando ví la nueva... que seguramente en otro entorno quizá hubiese encajado más...pero aquí es una afrenta. Me encanta tu blog.

Anónimo dijo...

Telita el original. Menos mal que fue sustituido por el nuevo.

A los que tanto les gusta el neogótico, ¿por qué no visten con ropa de la época y van en coche de caballos? Sean coherentes. Cada época tiene lo suyo.

Carlos Osorio. dijo...

Amigo, salga a la calle, vea como va vestida tanta gente, y piense si no sería mejor volver a usos pasados. Y si yo de vestir de neogótico, cosa que haré con mucho gusto, espero verle a usted vestido de los años 70.