miércoles, 1 de agosto de 2012

Con ellos no va la cosa


Fijaos en lo limpita y reluciente que está la fachada de esta tienda de sprays.


Y ahora mirad como están la mayoría de las puertas y fachadas de las casas de mi barrio.
¿No os parece una contradicción?
Pues así son las cosas. Las dos tiendas de sprays que hay en el centro de Madrid son quizás las dos únicas tiendas del centro que no están llenas de pintadas.
Pues no lo entiendo, francamente. No entiendo que nos pinten las puertas sin consultarnos, ni que se puedan vender sprays así como así, ni que el Ayuntamiento no haga nada al respecto...pero sobre todo no entiendo que ellos no y los demás sí. Está claro que con ellos no va la cosa.

5 comentarios:

Paskui dijo...

Es posible que si les pinten , pero ellos mismos repintan encima de los grafitis.
Saludos

Arq. Pfunes dijo...

Por desgragia durante muchos años se ha vendido que el grafiti era arte, y no sólo eso (pues puede llegar a serlo), que cualquier grafitero podía ser artista y había que darle libertad para que usara la calle como lienzo. Si a eso le unimos un total elogio a la nocturnidad y alevosía de dicha actividad y un desprecio absoluto a quienes la persiguen tenemos el cóctel perfecto para que las calles de nuestras ciudades se llenen de firmas y pintadas.

Las pintadas por las calles de Madrid hacen un flaco favor a la imagen no sólo de la villa y corte, sino de toda España, contribuyendo a la imagen de un país sucio e impresentable, toda vez que ese fenómeno no se repite en otras capitales europeas donde apenas hay pintadas pero sí hay mucho grafiti que sí es arte callejero.

Un saludo.

Juan Luis dijo...

Creo que hay graffitis como lo de las canchas de Condesa de Venadito que sí que son arte. Lo que muestras en la imagen y que desgraciadamente es muy común en varios barrios del centro son simplemente pintadas. Un saludo.

Anónimo dijo...

A mi me da que hay complicidad entre los grafiteros y las tiendas. ¿Algún descuento o prevenda para aquellos?

Carlos Osorio. dijo...

Estoy de acuerdo en que hay grafitis que son arte, pero la mayoría de las pintadillas y firmas que tenemos por el centro no van por ahí, van por la línea de hacerle la puñeta al prójimo.