miércoles, 1 de mayo de 2013

Hace doscientos años: el final de una guerra



Hace 200 años, en 1813, terminó la Guerra de Independencia Española contra la invasión napoleónica.
La guerra dejó al país destrozado: los campos abandonados, la flota hundida, la ganadería desaparecida, las industrias destruidas, cerca de 700.000 muertos por la guerra, el hambre y las epidemias.


Napoleón pensaba que invadir España iba a ser un como un agradable paseo.
Se llevó un gran chasco. Había neutralizado al ejército y a los reyes, pero no contaba con la reacción del pueblo español.
Suyas son estas palabras:

Esta maldita Guerra de España fue la causa primera de todas las desgracias de Francia. Todas las circunstancias de mis desastres se relacionan con este nudo fatal: destruyó mi autoridad moral en Europa, complicó mis dificultades, abrió una escuela a los soldados ingleses... esta maldita guerra me ha perdido.



Los españoles hicieron causa común contra los invasores. En el Bruch, en Vitoria, en Bailén, en Ciudad Rodrigo, en Madrid, todos tenían el mismo ideal: la libertad.
La guerra hizo un daño tremendo al país, pero creó en los españoles un fuerte sentimiento de unidad.
En ese momento, nuestra historia dio dos pasos hacia delante: la Constitución de Bayona, de 1808, y la Constitución de Cádiz, de 1812.


Si la guerra fue terrible, la posguerra aún lo fue más. Solo en Madrid 20.000 personas, entre ellas muchos niños, murieron de hambre.
Para colmo de males llegó el infame tirano Fernando VII y tiró por la borda la Constitución y las libertades de que nos habíamos dotado los españoles. 
Los pocos intelectuales que escaparon del patíbulo tuvieron que marcharse del país.
Viendo la debilidad en que se encontraba España, los territorios americanos aprovecharon para independizarse. Por las mismas razones, Europa dejó de contar con España en la toma de decisiones.


Hace doscientos años terminaba una guerra y comenzaba una pesadilla:
El siglo XIX fue una sucesión de guerras entre los absolutistas y los liberales, entre los conservadores y los progresistas.
La guerra civil de 1936 fue el último coletazo de esta locura que enfrentó a unos españoles contra otros.
Conozcamos la historia y aprendamos de ella, porque quien olvida la historia está condenado a repetirla.


7 comentarios:

Sheherezade dijo...

¡Hola Carlos! Hace unos doscientos años que acabó un conflicto de intereses al que le sucedieron todos los que nombras y los que callas, porque el espacio no da para más.
Es un continuum del que aún no hemos salido ni tenemos visos de salir... La guerra del 36 no fue el último, ahora, en estos momentos, se está desahuciando a gente, se está negando la posibilidad de ganarse el pan a otros,se está criminalizando al que protesta o pide o grita...
No, no Carlos, la lucha de clases no está superada... y no se superará hasta que tengamos una humanidad fraterna y justa.
Se repetirá la historia, entre otras cosas, porque cuando estás acorralado sólo esgrimes la fuerza animal más primitiva, lo primero es sobrevivir.
Un saludo muy cordial y continúa escribiendo.

Antonio Iraizoz dijo...

Hola Carlos,
Estoy totalmente de acuerdo con esa última frase, es fundamental. Todo político debería pasar un severísimo examen de historia de España para poderse candidatar a lo que fuera.
Gracias y un abrazo.

Carlos Osorio. dijo...

Hola, Sherezade, gracias por tu reflexión, es una época en la que de nuevo se intenta desposeer a este pueblo de lo que es suyo, pero hoy como entonces resistiremos.
Hola, Antonio, pues sí. Un abrazo.

Don Bernardino dijo...

No deja de sorprenderme la proclama patriótica con las ansias de libertad del pueblo español de fondo. La historia es un poquito más complicada, Osorio. En todo caso, y esta es mi opinión, ojalá Napoleón hubiera podido invadir España, hoy no seríamos un pueblo tan bárbaro y atrasado como por desgracia seguimos siendo. Y, con seguridad, la guerra civil no se hubiera producido.

Carlos Osorio. dijo...

No sabemos cómo hubiera sido la historia de haberse consumado la invasión napoleónica; Bernardino. En todo caso, imponer la democracia a cañonazos no suele funcionar, ahí tienes los ejemplos de Irak y Afganistán. Son ejemplos muy recientes de pueblos poderosos que olvidan su historia. Muchos españoles tenemos una visión catastrófica de nuestra historia, yo creo que es parte del carácter español, pero aunque todo sea complejo, hay que tener mucho ojo con este pueblo, que es capaz de hacer lo que se propone. ¿Te parece mal el patriotismo?

Don Bernardino dijo...

Sí, el patriotismo me parece una payasada, puesto que nacer en un momento y lugar determinado no es más que un accidente. Es como el hijo que defiende hasta la muerte el nombre de su padre, aunque el padre sea un reconocido criminal. Es absolutamente irracional. Si un senegalés muy patriota -por ejemplo- dijera que Senegal es la mejor tierra para vivir, ¿no te provocaría carcajadas hasta reventar?

Carlos Osorio. dijo...

Hola, Bernardino. Yo creo que hay que distinguir entre patriotismo y patrioterismo. Esto último es una inflamación del sentimiento de pertenencia a una comunidad que se caracteriza por agitar banderas con frecuencia y que suele ir acompañado de intereses económicos personales (conozco unos cuantos casos de patrioteros que defraudan a la hacienda pública o que se benefician personalmente del desmantelamiento de los servicios públicos)Patriotismo no es proclamar que tu país es mejor que otro, sino cumplir con tus obligaciones, contribuir a mejorar la vida de tus semejantes y defender lo que es de todos.