Paseando por la sierra de Guadarrama, me he encontrado con esta preciosa salamandra que corría a esconderse en un pequeño manantial.
Las nubes comenzaban a levantarse desenredándose de las ramas de los pinos. El sol iluminó cada gota de agua en cada hoja de trébol, en cada aguja de pino silvestre, en cada mirada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario