Este portón de madera con un par de siglos a cuestas, que debió de pertenecer a una antigua tahona, no está en un pueblo perdido de Castilla, sino en Madrid, en la calle Istúriz, pegadito a la glorieta de Cuatro Caminos.
Foto: Carlos Osorio.
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4 comentarios:
Callejeando por esa zona, se encuentran sorpresas tan bonitas como la que nos muestras.
Precisamente, tenía pensado decirte que te pasaras por la C. Almansa nº 10, y con tu arte, hagas alguna foto y nos lo cuentes. El dueño, es un pozo de sabiduría.
Y no digo mas ná, Jaja!!!. Ahora te toca a tí.
Gracias por adelantado.
Un abrazo.
Esas puertas deberían declararse patrimonio de la humanidad.
Un abrazo, Umé. Pues sí, Pilar, al menos patrimonio de Madrid.
En efecto, en las calles de Madrid se pueden encontrar auténticas sorpresas que, en su día supieron esconderse de la piqueta. En los años 60 y 70, con alcaldes franquistas como Arias Navarro, se hicieron verdaderas destrucciones de la ciudad.
Un saludo.
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