Don Agustín
Ha muerto don Agustín, el filósofo rebelde, el lingüista enamorado del habla popular.
Catedrático expulsado de la Universidad por Franco. Siempre lúcido y siempre discrepante contra el poder establecido.
Defensor del individuo frente al Estado, pero a la vez crítico con el individualismo: criticaba el uso del coche y proponía el uso del transporte colectivo.
Recordaré sus tertulias en los cafés de Malasaña y en el Ateneo. Confieso que muchas veces no entendía casi nada, pero al menos este hombre me hacía pensar.
Tan madrileño como zamorano, Agustín García Calvo escribió la letra del himno de la Comunidad de Madrid. Un himno que nada tiene que ver con esos cantos patrioteros que invitan a coger las armas para matar a los presuntos enemigos (caso, por poner algunos ejemplos, de la Marsellesa, del Eusko Gudariak o de Els Segadors) Por contra el himno de Madrid se burla de todos los himnos, y nos recuerda que nadie es mejor que nadie por ser de un sitio o de otro:
"¡Viva mi dueño, que solo por ser algo soy madrileño!"
O mucho me equivoco, o pronto va a haber allá en las insondables alturas celestes una nueva tertulia dirigida por don Agustín, una tertulia en griego y en latín.
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