Proteger mejor los comercios históricos madrileños
Los comercios históricos forman parte del patrimonio histórico y cultural de Madrid. Nos permiten identificar nuestra ciudad. Son parte del alma de Madrid. A veces no nos damos cuenta del gran tesoro que tenemos: Madrid es la única ciudad del mundo que cuenta con más de un centenar de comercios centenarios.
Ante el peligro de que estas joyas culturales pudieran desaparecer, se estableció un catálogo de establecimientos protegidos en los años 80, en época del alcalde Tierno Galván. Esta protección ha contribuido a que podamos seguir disfrutando de sus productos de calidad, del trato cercano, de su inigualable estética, porque no solo son tiendas, son parte del patrimonio cultural de nuestra ciudad.
Estas tiendas centenarias no desaparecen porque "estén desfasadas" que es el argumento habitual de los especuladores que tratan de acabar con alguna de ellas. Estas tiendas solo desaparecen si se les asfixia a impuestos, si se les aplican normativas incumplibles, si se les retira la protección, si no se favorece su continuidad cuando se jubilan los dueños, si se dictan leyes para favorecer a las grandes compañías.
Una tienda que lleva abierta varios cientos de años no desaparece así como así.
De hecho, de los 10.000 comercios que han cerrado en Madrid durante esta crisis, tan solo media docena eran tiendas centenarias. El resto eran tiendas actuales y actualizadas.
Una tienda que lleva abierta varios cientos de años no desaparece así como así.
De hecho, de los 10.000 comercios que han cerrado en Madrid durante esta crisis, tan solo media docena eran tiendas centenarias. El resto eran tiendas actuales y actualizadas.
A nadie se le escapa que el pequeño comercio pasa por dificultades, especialmente debido a la crisis, un problema añadido a los muchos existentes, por lo que es preciso extremar la protección. En alguna ocasión hemos visto como un comercio histórico ha sido transformado en tienda de conveniencia o de souvenirs, que poco aportan a la ciudad. Esto sería evitable favoreciendo que, cuando un comercio cierra por cualquier causa, se procure que se establezcan allí comercios similares al desaparecido.
La importancia de este tipo de comercios haría necesaria la exención o rebaja de ciertos impuestos como el IBI, las ayudas para la restauración del mobiliario histórico, mayor vigilancia y mayor protección arquitectónica. Así evitaríamos el continuo goteo de establecimientos que cierran o se desnaturalizan. La actualización de los contratos de renta antigua prevista para finales de este año puede significar la desaparición de varios comercios emblemáticos, ante las total pasividad de los gobernantes locales.
Foto 1: Álvaro Benítez (Del libro Tiendas de Madrid)
Foto 2: Ramón Rubio Moreno
P.S: El Catálogo de Establecimientos Arquitectónicos Especiales está disponible en la Subdirección General de Gestión Privada. Si queréis un listado más accesible y mejor explicado, en mi libro "Tiendas de Madrid" de Ediciones La Librería reseño los 500 comercios tradicionales más atractivos.
Foto 2: Ramón Rubio Moreno
P.S: El Catálogo de Establecimientos Arquitectónicos Especiales está disponible en la Subdirección General de Gestión Privada. Si queréis un listado más accesible y mejor explicado, en mi libro "Tiendas de Madrid" de Ediciones La Librería reseño los 500 comercios tradicionales más atractivos.
En 2007 se hizo una revisión del catálogo de establecimientos arquitectónicos en la que se suprimieron 300 establecimientos y se cambió el grado de protección a algunos de ellos.
Comentarios
No sé que habrá sido de tanta madera en revestimiento de paredes y mobiliario, ni de su rica ornamentación, lámparas, candelabros, marmol, bronce,... Sí de parte de la mercancia, sobre todo si era ropa menuda: pañuelos, calcetines, medias,... casi siempre en primorosas cajas, arrojada a contenedores y un remolino de gente alrededor tratando de pescar lo que podían, dejando un triste desecho de cartones, papel de seda, cintas...
El alma a los píes se me ha caído en más de una ocasión.
Tendrás que actualizar tu libro en una segunda edición ppor el cierre de algunos comercios, como es el caso de Bobo y Pequeño, en la calle Atocha, que cerró en noviembre del año pasado después de vender el mobiliario que tenía.
En los años 80-90 la Cámara de Comercio publicó ocho tomos bajo el título de Establecimientos Tradicionales Madrileños (los tengo todos) y uno más reeditado y ampliado dedicado a la Plaza Mayor y alrededores. Desde entonces hasta hoy han desaparecido un buen número de comercios.
Da pena ver cómo van cerrando tiendas centenarias.
Un saludo desde mi Madrid del alma,
Mayrit
Ahora muchos de los que se abren quieren aparentar una solera y una autenticidad que no tienen. Me viene a la cabeza Harina, por ejemplo, parece que lleva ahí años y años.
A cambio proliferan esos horrorosos chiringuitos de cambio de momeda.
La coplilla no sabía que existía pero alguna vez, si está escrita, daré con ella.
Mi tienda es una modesta papelería llamada La Flor de Chamberí. No tiene casi nada de particular, excepto el nombre y un mostrador que según el recién publicado libro "Chamberí" es de museo.
Yo que tengo ya 45 primaveras, que soy hijo y nieto de madrileños (mis cuatro abuelos lo eran), por lo tanto, gato gato, podría enumerar cientos de tiendas, comercios y locales o empresas que han desaparecido. Algunas ciertamente no tendrían sentido hoy (carbonerías, empresas de fumistas, compra-venta de tebeos y cromos..., pero otras sí.
En cualquier caso, nostalgia aparte, lo que es inadmisible es la desprotección hacia los inmuebles históricos. La transformación de la Gran Via es el ejemplo más lamentable. Tiendas de camisetas y postales de fútbol para guiris, establecimientos de comida rápida americana, cafés en vasos de plástico para llevar... Calle sin alma. ¡Hasta el Pasapoga cerró y no pasó nada! Ni una maldita placa recuerda su ubicación. Zaras, H&M, Cortefiel, Nike..., las mismas tiendas y las mismas marcas que puedes encontrar en cualquier centro comercial de la periferia. Supongo que dentro de poco empezarán también a proliferar los bazares orientales de todo a un euro.