lunes, 2 de enero de 2017

De los autómatas a los robots, 1



En Madrid, muy cerquita de la plaza de Cascorro nace la calle de Juanelo Turriano. Juanelo era un sabio muy creativo que trabajó como relojero para Carlos V y Felipe II.

Giovanni Torriani, castellanizado como Juanelo Turriano (Cremona 1501-Toledo1585), trabajó en las reales obras de ingeniería, como la acequia del Jarama. También participó, junto con otros científicos, en la confección del calendario gregoriano, a instancias del Papa Gegrorio XIII. Turriano realizó varios prodigios en su época como un artificio que permitía subir el agua del río Tajo hasta la ciudad de Toledo.


Esta espectacular obra le salió muy cara a Juanelo, ya que nunca llegaron a pagarle sus honorarios, lo que contribuyó decisivamente a que viviera sus últimos años en la pobreza.

Juanelo creó varios autómatas, es decir, muñecos articulados que se movían con mecanismos de relojería.
El más famoso de estos muñecos fue el llamado "Hombre de Palo", un hombrecillo de madera que movía manos y pies y acercaba a los curiosos un sombrero para que depositaran una limosna.
El hombre de palo, cuyo nombre pervive en una calle del centro de Toledo, despertó admiración, pero también temor, y se dice que la Santa Inquisición ordenó quemarlo por ser Dios el único autorizado para crear seres vivos.
Juanelo acompañó a Carlos V en su retiro de Yuste y allí construyó varios autómatas para distraer al emperador en su convalecencia, como una bailarina, unos gorriones que volaban por la alcoba real y un ejército con soldados que tocaban la trompeta.

Bien, como os decía, a la muerte de Carlos V, Juanelo pasó a servir a Felipe II.
Es en esta época cuando Juanelo crea uno de sus autómatas más curiosos: el monje franciscano.
Se trataba de una figura que reproducía a San Diego de Alcalá, gracias a cuyas reliquias había sanado el rey de una enfermedad. El monje autómata bendecía a los presentes moviendo el crucifijo y era capaz de caminar en varias direcciones.
Si el hombre de palo de Toledo fue quemado por la Inquisición, de este monje franciscano no se ha vuelto a saber nada...hasta hace muy poco.

¡Al parecer aún existe!....Pero eso os lo contaré mañana.





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