El sereno le felicita



Los serenos de Madrid recorrían las calles nocturnas vigilando que todo estuviera dentro de la normalidad. Eran en su mayoría gallegos y asturianos (de Cangas del Narcea) que realizaban su labor a cambio de un bajo sueldo que era compensado por las propinas de los vecinos. Disponían de juegos de llaves de todos los portales de su zona, para abrir la puerta a quien se hubiese olvidado de su llavero. Aunque hay profesionales similares desde muy antiguo, el sereno tal y como le conocimos muchos (pues duraron hasta 1976) comienza a deambular por nuestras calles en el XIX. Los requisitos para el cargo eran: “robustez, agilidad proporcionada al objeto, cinco pies como mínimo de estatura, no ser menor de 20 años ni mayor de 40, tener fuerte y clara la voz, saber leer y escribir para dar por escrito los partes, observar conducta irreprensible y no haber sido procesado por camorrista, perturbador del orden público, ni por robo, embriaguez ni otra causa negativa”
Los serenos llevaban un chuzo o gran palo por si las moscas. A las horas en punto, y también en los cuartos, cantaban la hora y el estado del tiempo, por ejemplo: "Las cuatro y nublado" o "Las cinco y sereno" Y así se les empezó a llamar serenos. Un recuerdo para aquellos profesionales, confidentes de los noctámbulos y una ayuda eficaz para los caminantes de la noche.

Comentarios

Marta Hernández ha dicho que…
No tenía ni idea, qué curioso..
Campurriana ha dicho que…
¡Qué bonitas felicitaciones!
Me ha gustado esta serie.

Mis mejores deseos también para este saloncito.
Matilde ha dicho que…
De lo poco que recuerdo con claridad de mi niñez: los serenos. Las palmadas para que acudieran resonando bien fuerte en el silencio de la noche y al poquito el tintineo de las llaves cada vez más cerca, cada vez más cerca...

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