viernes, 19 de septiembre de 2014

Hable con ellos



Una costumbre muy madrileña era la de hablar con los otros viajeros en los transportes públicos. 
Hasta hace unas pocas décadas era muy frecuente que se formasen conversaciones y tertulias. 
Poco a poco se ha ido perdiendo la costumbre de hablar con los desconocidos. 
¿Y por qué no? 
Tenemos mucho que aprender de la gente que nos rodea.
Hablar con los demás nos reconforta, nos enriquece y nos hace mejores personas. ¡Hablemos con ellos!


Foto: Carlos Osorio.


10 comentarios:

Mercedes dijo...

Hola Carlos, tienes bastante razón. Te diré que yo no soy de entablar conversación con desconocidos, por timidez entre otras cosas :-) pero el coger el mismo autobús casi a la misma hora todos los días a veces es bonito, te saludas y comentas el tiempo, incluso tienes la suerte de conocer gente interesante con la que puedes charlar de camino al trabajo. Pues eso, hablemos.

AMOR dijo...

Es verdad recuerdo que de pequeña en cualquier momento se entablaba una conversación con las personas que iban a nuestro lado, pero hoy en día eso no se dá, solo en personas mayores, y si es verdad que al hablar con otros, el recorrido se hace más ligero y sobre todo, al hablar con otras personas, nos enriquecemos con la información y conocimiento que ellos poseen.
Recuperemos esa costumbre, esa buena costumbre.
Feliz fin de semana.

Carlos Osorio. dijo...

Yo también soy algo tímido, pero a veces me echo pálante y me pongo a hablar. Y bueno, podemos empezar...ya somos tres. Un abrazo, Mercedes y Amor.

Doña Umé dijo...

Ah!!. Pues yo también me apunto, que soy muy charlatana.
Un abrazo.

Matilde dijo...

Además de practicar tan encomiable consejo, por favor, publicad las experiencias. Cada vez hay más gente que camina del brazo de la triada: inseguridad, miedo, desconfianza. Lo de las amistades que nacen de coincidencias casi diarias es apostar sobre seguro; para el resto seria conveniente ir provisto de un buen impermiable contra los chascos porque puede que caiga más de uno sin haber hecho ningún mérito para merecerlo.

Carlos Osorio. dijo...

Un abrazo también para Matilde y Umé. Bueno, lo de charlar con la gente en los transportes no implica necesariamente iniciar una amistad, sino romper unas barreras que se han ido haciendo demasiado grandes, y generar confianza, pues aunque hay gente rarita, la mayoría de la gente suele ser bastante normal.

Fernando Moreno dijo...

La convivencia en los medios de transporte ha pasado por varias etapas, antes sería las conversaciones, luego vino el libro de lectura (el metro era una biblioteca) y ahora estamos en la epoca de los sordo-mudos sin libros, con el movil y los auriculares....ahora ya estamos incomunicados casi definitivamente.

Don Bernardino dijo...

Bueno, bueno, Osorio, en provincias aún conservamos esta costumbre, pero en Madrid más te vale quedarte calladito, que el abuelete más simpático del mundo que tienes al lado, puede resultar el tío más depravado. Madrid tiene infinidad de cosas envidiables, pero las relaciones interpersonales no son una de ellas.

Carlos Osorio. dijo...

Hola, don Bernardino, creo que la distancia te ha hecho sobredimensionar los inconvenientes de Madrid. Es muy posible que los haya, pero hasta ahora no me he topado con un abuelete de esas características.

Carlos Osorio. dijo...

Interesante aportación, Beligerante.