Melchor Rodríguez García
Melchor Rodríguez García (Sevilla 1893- Madrid 1972) fue un hombre justo que defendió a los más débiles, especialmente a los presos, en un momento muy difícil de nuestra historia, como fue la Guerra Civil.
Huérfano de padre, trató de abrirse camino como calderero, chapista, torero y otros oficios. Ya en Madrid se hizo sindicalista y dirigió el sindicato de carroceros de la CNT.
Al declararse la Guerra Civil fue nombrado delegado de prisiones, puesto desde el que defendió la legalidad, tratando de impedir las sacas (ejecuciones extrajudiciales de presos). Arriesgando su vida, logró detener las matanzas de presos, como las que se estaban realizando en Paracuellos del Jarama. Su acción fue decisiva para salvar la vida a miles de prisioneros, como los que permanecían en la cárcel de Alcalá.
Una de las primeras medidas tomadas por Melchor Rodríguez como delegado de prisiones fue la implantación de una norma según la cual quedaba prohibida sin su autorización personal la salida de presos de las cárceles entre las 7 de la tarde y las 7 de la mañana. Esta orden supuso en buena medida el fin de los “paseos” nocturnos de prisioneros. Sus acciones humanitarias le valieron el apodo de “El ángel rojo”. A él, se le atribuye la máxima: "Se puede morir por las ideas, pero nunca matar por ellas".
Melchor fue nombrado alcalde de Madrid durante las semanas próximas al final de la contienda. Finalizada la guerra, fue juzgado en un consejo de guerra con testigos falsos y pasó cinco años en la cárcel. Su liberación fue posible gracias a que el general Muñoz Grandes, a quien Melchor había salvado la vida, se interesó por él.
Los franquistas le ofrecieron un puesto en el sindicato vertical, pero él siguió siendo fiel a sus ideas anarquistas, por lo que fue detenido en varias ocasiones. Trabajó como vendedor de seguros y escribió artículos y poemas.
En su entierro, en 1972, coincidieron personas que habían luchado en los dos bandos durante la Guerra Civil.
Melchor tiene dedicada una placa en Triana, el barrio sevillano donde nació. Sin embargo, ninguna calle y ningún letrero tiene en la ciudad donde vivió: Madrid.
Ya va siendo hora de que nuestras autoridades se decidan a dedicarle al menos una placa en los lugares donde vivió: la calle Libertad nº 5 o la calle Amparo nº 27.
Conocer a Melchor es conocer a uno de los hombres grandes que ha dado a luz esta tierra nuestra.
Muy recomendable el libro de Alfonso Domingo "El Ángel Rojo"
Melchor tiene dedicada una placa en Triana, el barrio sevillano donde nació. Sin embargo, ninguna calle y ningún letrero tiene en la ciudad donde vivió: Madrid.
Ya va siendo hora de que nuestras autoridades se decidan a dedicarle al menos una placa en los lugares donde vivió: la calle Libertad nº 5 o la calle Amparo nº 27.
Conocer a Melchor es conocer a uno de los hombres grandes que ha dado a luz esta tierra nuestra.
Muy recomendable el libro de Alfonso Domingo "El Ángel Rojo"
Comentarios
Saludos,
JdG
Unos porque Melchor Rodriguez ayudó desinteresadamente a cientos o miles de adversarios políticos, salvando la vida de muchos de ellos.
A las otros, porque su posterior prisión les recuerda la terrible represión de la posguerra.
Hola, Javier, efectivamente, sin ir más lejos hemos admirado la acción de héroes anónimos en Santiago, tras el descarrilamiento del Alvia.
Efectivamente, Enrique. El Angel Rojo salvó la vida a miles de prisioneros franquistas. Se lo agradecieron con 5 años de cárcel, menos mal que luego se acordaron de él.
Sin embargo al acabar la guerra civil Melchor Rodríguez fue detenido, juzgado y condenado por sus actividades anarquistas y su actuación en la administración republicana. Pagó su osadía con una condena a muerte, reducida luego a 20 años y un día de cárcel, dictada por un tribunal militar que desoyó los testimonios a su favor de algunos influyentes falangistas a los que había salvado del pelotón (Muñoz Grandes, Fernández Cuesta, Martín Artajo y Blas Piñar, entre otros) que recordaron cómo había defendido la vida de sus rivales políticos, y fue puesto en libertad al cabo de 5 años.
A lo largo de su vida fue detenido 34 veces y en una ocasión lo condenaron a muerte, porque en la clandestinidad continuó y mantuvo su lucha obrera en la CNT.
Cuando muere, en 1972, pobre, muy pobre, “unos rezaron un padrenuestro y otros cantaron A las barricadas”. Su entierro fue el único acto de la dictadura que unió a los dos bandos antes de la democracia.
alcalde de Madrid por esa fechas, aunque no hay quien recuerde a esta figura dentro de las autoridades de esta Comunidad independientemente del partido politico que ha gobernado. Tiene su tumba en la Sacramental de San Isidro (donde tampoco sabían quien era). Saludos
“Se puede morir por las ideas, nunca matar”.
Alcalá de Henares a Melchor Rodriguez García”.
En este lugar, el 8 de diciembre de 1836, Melchor Rodriguez García, Director General de Prisiones, en cumplimiento de su cargo, de la legalidad republicana y siguiendo sus principios anarquistas, evitó el asalto a la prisión de Alcalá de Henares tras un bombardeo de la aviación sublevada, salvando con ello la vida a más de 1532 personas recluídas. Alcalá de Henares Ayuntamiento. Alcalá de Henares, 11 de febrero de 2017