Ochenta Grados



80 grados es un restaurante-cadena especializado en comida de picoteo basada en platos tradicionales (buen comienzo) con resabios de "nouvelle cuisine" y con una presentación muy original de los platos.


El restaurante al que nos referimos está en Manuela Malasaña, 10 y fue durante su etapa anterior el "Nina Madrid"
La decoración está basada en las tendencias minimalistas, respetando las columnas de forja, con un agradable suelo de madera y las habituales sillas de plástico con geométrico entramado en las patas.


Si más que a comer o a cenar sales a tontear un poco, este es tu sitio. No vas a salir diciendo eso de "No puedo más, estoy lleno" pero te vas a entretener con el ir y venir de los miniplatos fríos y los miniplatos calientes.


Hay platos encantadores como esta cremita en su cazuelita con picatostes


O estas patatas bravas dos salsas cuyo picante viene en un cuentagotas.

Para beber es recomendable el distinto de verano, y para picotear, aparte de las bravas, el huevo trufado, los fingers de pollo, el salmorejo, los bocatas 80º y el de calamares, las croquetas, el solomillo, ...
y de postre la leche con galletas o la tarta de queso, siendo aceptables los helados.
Lo peor, la sensación de que tienes que desocupar la mesa rápidamente, debido a la política de precios asequibles/rotación de clientes que suele existir en este tipo de franquicias.


Fotos Carlos Osorio.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
¡Hola! Somos el equipo de 80 Grados.

Nos gustaría invitaros a comer / cenar de nuevo en nuestro restaurante para que probéis los nuevos platos que tenemos en carta (las fotos que incluye vuestro reportaje son de platos del año pasado).

También podemos aprovechar y os explicamos como preparamos y cocinamos los platos (¡no solo cocinamos con microondas!).

Podeis contactar con nosotros en: grupo@ochentagrados.com

Un saludo,

80 Grados
Carlos Osorio. ha dicho que…
Pues hombre, gracias por vuestra oferta generosa, que os honra. Normalmente no acepto invitaciones, porque ello puede afectar a la objetividad de mis comentarios, y quizás el mayor placer de tener un blog, actividad que lleva mucho trabajo y genera poco o ningún beneficio, es poder decir lo que a uno le plazca.

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