sábado, 4 de julio de 2009

Sin churros en la Cava Baja


La churrería de Cava baja 7 ha dejado de freir sus crujientes churros. Este local fue una antigua pescadería y conserva en su interior valiosos azulejos alusivos a la pesca de principios del siglo XX.
Sobre los churros hay muy poco investigado, no sé muy bien por qué. Varios autores coinciden en que se inventaron en España en la primera parte del siglo XIX. Solo tienen ingredientes naturales: harina. agua y sal. Son un alimento sano y nutritivo. Mucho mejor que cualquier tipo de bollería industrial. Lo que es fundamental es que estén muy bien escurridos, sin gota de aceite, y eso sólo lo sabe hacer los maestros churreros. Los churros forman parte del desayuno madrileño tradicional, y es tradición acabar las juergas tomando chocllate con churros.
Sobre el reciente cierre de la churrería de Cava Baja, decir que es una pena, que valdría la pena que se apoyara la continuidad en el uso de este tipo de establecimientos. El local tiene nivel 1 (máximo) de protección, por lo que no entiendo que hayan retirado la bonita portada.
Foto: C. Osorio.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No hay nada más enfermizo y peligroso que una fábrica de churros con su correspondiente freidora en el interior de un inmueble de viviendas.
Las churrerías son altamente contaminantes, los humos grasientos que emiten son más pesados que el aire y son portadores de una molécula altamente cancerigena denominada benzopireno.
En Europa este tipo de establecimientos tienen sus freidoras y componentes industriales en polígonos alejados de las ciudades y llevan las frituras manufacturadas a los puntos de venta en vehículos adecuados para el transporte de dichos productos.
Los churros fabricados en las ciudades producen enfermedades crónicas a los vecinos de este tipo de establecimientos.