Cuando calienta el sol


Ya lo decían los antiguos:
"Madrid, nueve meses de invierno y tres de infierno"

Así las cosas, algunos de mis placeres confesables en el tiempo de verano son los que reseño a continuación:

-Una cañita bien tiradita, qué bendición, qué gran invento de esta nación.
-La biblioteca pública, con su airecillo acondicionado, con sus mil y un libros para disfrutar.
-El agua de cebada que todavía preparan en el kiosko de la calle Narváez esquina a Jorge Juan.
-Los autobuses públicos, refrigerados, para ver pasar la vida cotidiana.
-El cine, igualmente fresquito.
-Una terracita en un parque, o en la zona del río, con amigos.
-Los parques al anochecer, a la hora en que empieza el riego automático.
-Las duchas fresquitas cuando llegas a casa a punto de ebullición.
-Ponerme el ventilador y rociarme con un pulverizador de agua, fórmula ideal para coger el sueño en las noches de calima.

Comentarios

Mercedes ha dicho que…
Tus recomendaciones veraniegas ya son un clásico, Carlos, y son estupendas, muchas gracias :)
Ángel de Olavide ha dicho que…
Verdaderamente eres un sibarita. Solo echo en falta el abanico y las noches por el Pardo. Y por supuesto la capacidad de distinguir cuabndo echar el cierre, coger a la familia y adelantar por la NVI camino del norte...
Carlos Osorio. ha dicho que…
Hola, Mercedes, un abrazo veraniego. Pues sí, Angel, en cuanto a la nacional VI, pronto me haré a ella, rumbo a Galicia.
Anónimo ha dicho que…
Yo ayer estuve en el pantano del Atazar montado en una piragua alquilada alli y con una brisa de p.m. Super recomendable. Haces ejercicio, te pones moreno y te olvidas de los problemas.
Carlos Osorio. ha dicho que…
Gracias por la sugerencia. ¿En que parte del pantano se cogen las piraguas?
Judith Molina ha dicho que…
completamente de acuerdo contigo!! y te lo digo yo que trabajo en pleno centro!! gran blog!!

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