"Fui sobre agua edificada, mis muros de fuego son"
El blasón medieval de Madrid tenía la figura de una osa, seguramente en alusión a la constelación de la Osa Mayor. Además, según el cronista López de Hoyos, figuraba un lema:
"Fui sobre agua edificada. Mis muros de fuego son. Esta es mi insignia y mi blasón"
Pudo ser un lema o simplemente una leyenda, de las muchas que se contaban sobre las ciudades en épocas en que muy poca gente viajaba. La leyenda hacía alusión a la abundancia de manantiales en el primitivo Madrid, y al hecho de que las murallas estaban hechas de pedernal, material que se usaba para producir chispas y hacer fuego.
La abundancia de agua en forma de lagunas, arroyos y pozos dio origen a la leyenda de que la Villa estaba construida sobre agua. El propio nombre de Madrid hace referencia a la matriz o el nacimiento de las aguas (Mayrit)
En cuanto a los muros de fuego, la explicación está en que buena parte de la muralla estaba hecha de sílex o pedernal, una piedra que se solía frotar con otra para producir chispas, y así encendían el fuego. Pues bien, parece ser que cuando arrojaban flechas contra la muralla, saltaban chispas y se incendiaban las hierbas secas que rodeaban los muros.
De aquí vendría esta otra leyenda: Mis muros de fuego son.
Un mural, en la plaza de Puerta Cerrada, nos recuerda esta leyenda que tanto asombraba y de tal modo despertaba la imaginación de los habitantes de lejanas tierras.
En la pintura mural vemos el acto de producirse las chispas, frotando el eslabón y el pedernal, y debajo un lago de agua dulce.
Este mural, lo mismo que el resto de murales del centro de Madrid, necesita una restauración dado su mal estado de conservación. Pasan los años y el Ayuntamiento no hace nada. Esperemos que no sigan dejando que se eche a perder.
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