lunes, 19 de diciembre de 2016

Brevísima Historia de Madrid, 6: El Escudo del Oso y el Madroño.




En 1212, los madrileños que acudieron a combatir en la batalla de las Navas de Tolosa, llevaban como emblema en su bandera un oso (o una osa) en actitud pasante (apoyado sobre sus cuatro patas).
Según se cree, esta osa representaba a la constelación de la Osa Menor. De ahí las siete estrellas del escudo municipal y también de la bandera autonómica. Por otra parte, el oso era aún un animal relativamente habitual en los grandes bosques madrileños.

En 1222, el Ayuntamiento y la Iglesia concluyeron un pleito sobre el uso y disfrute de los pastos y los árboles que rodeaban a Madrid. A la iglesia le tocaron los pastos, y al Ayuntamiento los árboles, sus frutos y la caza que hubiese en los bosques.
Además de producir frutos, los árboles significaban la principal fuente de energía en aquel tiempo (madera y carbón vegetal) y eran un elemento básico para la construcción.  El concejo madrileño se alegró mucho al conseguir el usufructo de los árboles e incorporó un árbol con sus frutos al escudo.
El oso (u osa) pasó a estar de pie (en actitud rampante)

Pero...¿se trata de un oso o de una osa?
Indistintamente. De las dos formas es correcto. 
En unos documentos se habla de un oso y en otros de una osa.
En tiempos pasados era habitual referirse a los osos en femenino. Se decía: "He visto una osa" independientemente de que fuera macho o hembra. Lo mismo pasaba con algún otro animal como la zorra, la cigüeña, la abeja...que en nuestra lengua y literatura se usan casi siempre en femenino independientemente de que sean macho o hembra.



1 comentario:

Rafael Martín Moyano dijo...

Lo de la osa tendrá que ver con la constelación de LA OSA, así como lo de los carpetanos, tal vez, tenga que ver con la constelación del CARRO