Los conventillos de Chile y las corralas de Madrid




La corrala, construcción característica de la arquitectura popular madrileña, se trasladó a Sudamérica y proliferó en algunos países como Chile. 
Los antecedentes de las corralas sudamericanas hay que buscarlos en los patios de los palacios y conventos coloniales que construyeron los españoles a partir del siglo XVI. La mayoría de estos edificios coloniales contaban con patios porticados con galería igualmente porticada en la primera planta.
En el siglo XIX surge la casa de corredor moderna como una necesidad constructiva barata para alojar a las muchas familias que acuden a las grandes ciudades atraídas por el despegue industrial.
En Chile, las casas de corredor se llamaron conventillos (por su patio cerrado que recuerda en cierto modo a un convento) y se construyeron cientos de ellos a lo largo de dicho siglo XIX. Estas viviendas fueron especialmente numerosas en Valparaíso, localidad portuaria e industrial.


Edificios populares donde creció el sentimiento de comunidad, de unión vecinal ante un destino común.
Viviendas obreras, condenadas al deterioro, sin rehabilitación alguna, fueron desapareciendo lenta pero inexorablemente a lo largo del siglo XX.


El desarrollismo inculto no tuvo el menor reparo en derribar prácticamente todos los edificios de corredor. Todos excepto uno, un conventillo de Valparaíso que sobrevivió milagrosamente:



Esta casa de corredor se edificó en 1870 a cargo de Carlos Lorca, de la Liga Masónica de Valparaíso; se destinó a albergar asociaciones sindicales y mutuales obreras. En 1894 Juana Ross de Edwards, una dama benefactora, lo compró transformándolo en la primera vivienda social para obreros del país.
Sus habitantes tuvieron un fuerte sentido de cohesión, promovido por la arquitectura del lugar: patio, baños y lavaderos compartidos.


El patio de corredor, que tan familiar nos puede resultar a los madrileños, ha sido rehabilitado como vivienda y presenta hoy este aspecto. 


Es verdad que no ha sido una reconstrucción historicista, ya que la madera ha sido sustituida por el hormigón, pero al menos se ha conservado la estructura de los corredores.
Tienes más información sobre esta obra de rehabilitación en esta página.


Comentarios

Antonio Iraizoz ha dicho que…
Hola Carlos,
Los datos que das y la información son interesantísimos.
Gracias y un abrazo.
Jose Luis Alonso ha dicho que…
En realidad, esta tipología de vivienda comunitaria no deja de ser un producto de la especulación del suelo y una solución para aprovechar la superficie en altura.
Con un o dos escaleras que conectan los corredores de planta se da servicio a muchas viviendas, pequeñas rayanas en la infravivienda,en función de la longitud del corredor y por tanto del perimetro y patio disponible.
Qué duda cabe que esta tipología tiene un enorme encanto y posibilita la vida comunitaria y favorece otra forma de vida, pero no nos olvidemos de su origen especulativo y promovido por personas e instituciones con sus intenciones particulares.
A pesar de todo, ¡me encantan las corralas!
Carlos Osorio. ha dicho que…
Hola, Antonio. Creo que es un mundo desconocido que hay que sacar a la luz antes de que desaparezca del todo. Es cierto lo que dices, José Luis, las corralas del XIX surgen con el sello de la especulación. Me alegra que compartamos esta debilidad por las corralas.

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