viernes, 6 de enero de 2017

Día de Reyes Magos en Madrid



Estas maravillosas fotos de Santos Yubero muestran diversas escenas de la fiesta de los Reyes Magos en el Madrid de los años 50 y 60.
En la imagen superior, los Magos visitan un hospital infantil.


La niña sube a las barbas del Rey Melchor sin quitarle ojo a su curioso muñeco.
-¿Este muñeco con boina es la Barbie que yo he pedío?
-Te callas niña, que la Barbie aún no ha llegado a España.



Los Reyes entregan regalos en una carpa improvisada. Lo propio de los Magos de Oriente es estar en tiendas de campaña, que para algo vienen del desierto.


El emocionante momento de abrir los paquetes. Nunca se sabe quién se emociona más, si los niños o los papás. 
Los mayores recuerdan los juguetes que les hicieron felices: el tren eléctrico, el balón de reglamento, la muñeca, el mecano, los juegos reunidos, el camión de bomberos, el caballo balancín, el disfraz de indio con el arco y las flechas, el disfraz de pirata, el scalextric, el guiñol...Claro que no todo el mundo tenía acceso a estos fantásticos juguetes, en las zonas rurales y en los barrios humildes había que contentarse con unos higos secos y un pedazo de turrón.


Al recordar los juguetes de otros tiempos uno tiene la sensación de aquello eran juguetes de verdad. 
Antes los niños jugaban con los juguetes, ahora parece que los juguetes (desde el invento de las videoconsolas) juegan con los niños.
Al menos esa es mi sensación.
Bueno, pues es una suerte que todavía sigan viniendo nuestros magos de Oriente, sobre todo por la dura competencia que tienen con Papá Noel. 

¡Y llega el final de las fiestas navideñas, llega el roscón con chocolate!
Tras más de dos semanas de grandes banquetes...finalmente, y que nadie nos lo quite: el roscón con chocolate. ¿Verdad que no podían haber elegido nada más digestivo para terminar este maratón de comidas?
La magia de la Navidad consiste en seguir vivo tras ingerir semejante tanda de comilonas.


Esta etiqueta que aparece en algunos roscones explica la tradición de la sorpresa.
Originariamente había un haba, y a quien le tocaba le coronaban como rey de la fiesta. Los demás comensales tenían que obedecerle mientras duraba el día.
Ahora que nos ponen haba y figurita hay un poco de lío, por eso se ha terminado estableciendo la siguiente costumbre: a quien le toca el haba paga el roscón, y a quien le toca la figura le coronan como rey de la fiesta.
Eso sí, el roscón ha de cortarse trocito a trocito, no vale cortar por donde a uno le parezca que puede estar la figura (generalmente, en el lugar donde el roscón se vuelve más gordito)


¡Felices Reyes!



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Nuestro roscón traía un binicolasillo. Imagina tu se le quitan a una las ganas.que lo pague el.como tanto bribón que nos desangra en su beneficio. Menudo aguinaldo En casa siempre nos hacían valorar lo recibido en la zapatilla. por poco o no pedido que fuera.pero todavía encuentro gente que no tuvo esa suerte y se amarga.y nos quieren amargar el dulce.Yo me he guardado en un cajón mis estrellas que me ponen cada año,mi rosa, y mi puesta de sol.Que nos sea leve.Saludos.Acacia.

Carlos Osorio. dijo...

Bonitos recuerdos, Acacia, que nos sea leve y muy leve!